domingo, 30 de octubre de 2011

Crónica del 30 de octubre.

Con muchas ganas agarré esta mañana la KTM porque el pasado fin de semana por cuestiones domésticas y climatológicas no fue posible salir a rodar. A mitad de semana lancé un correo sonda a algunos amigos y como siempre contestó mi amigo Joaquín para aceptar la propuesta de la mañana del domingo. Otros, esta vez no contestaron o no pudieron acudir a la llamada. De nuevo e incomprensiblemente para las alturas de año, sigo vistiendo de verano, a excepción de una camiseta de manga larga para la parte superior. Con algo de fresco a primera hora de la mañana, la temperatura se recuperó de forma admirable en las horas siguientes; tanto que llegamos a pasar realmente mucho calor en algunos tramos de esfuerzo máximo.

A las 8.50h salí de casa con destino casa de Joaquín donde llegué a las 9.05h. Con el cambio horario del fin de semana, mi compañero de salida ya tenía dudas de si yo habría actualizado los relojes de la casa y pensó en llamar para cerciorarse de que efectivamente no había errores. En esas estaba cuando llegué junto a él.

Ambos coindicimos en que hacía mucho tiempo que no subíamos a Los Santos y que debíamos realizar esta ruta. Nos pusimos a ello cruzando la ciudad en busca de la vereda del río Henares en dirección al camino que nos conduce hasta nuestra primera estación.

Las lluvias de esta semana no han ocasionado grandes charcos afortunadamente, y sin embargo sí que ha compactado mucho mejor el firme. Durante todo el verano con la ausencia de lluvias la mayoría de las pistas se encontraban demasiado removidas y peligrosas. Comenzamos la primera subida, la rampa que ya te hace entrar en calor. Mis piernas se encontraban increiblemente ligeras y apreté para exigirme. Joaquín, muy sabiamente subió a su ritmo, un ritmo alto según me confesó ya en Anchuelo. Al final del tramo, cuando volvimos a juntarnos mi compañero de salida me hizo un guiño haciendome notar que hoy no me haría falta jugar mucho con los piñones. Recogí el piropo con humildad como se debe hacer en estos casos.

El segundo tramo de pared lo comenzamos igualmente juntos, pero ya en el giro a izquierdas quedamos en vernos arriba en el camino que conecta Los Santos con Anchuelo. Comencé de nuevo a darlo todo, manteniendo primero el desarrollo que llevaba, que si no recuerdo mal era plato mediano + tercer piñón grande y subiendo paulatinamente los dos piñones restantes hasta terminar la segunda pared. Al término de este muro estaba con el corazón a muchas pulsaciones, con la respiración entrecortada y ampliamente empapado en sudor, pero muy satisfecho del esfuerzo y del ritmo. Continué hasta llegar a la plaza de toros y sin descanso giré a derechas para subir la rampa ya de asfalto y, luego continuar por la calle que sube a mano izquiera en un ángulo de 90 grados, otra pared que me dejó tremendamente exhausto. Ya en la conexión con el camino de Anchuelo paré a esperar la llegada de Joaquín. Me entretuve haciendo algunas fotos del camino e incluso alguna artística.

Comienzo del tramo Los Santos - Anchuelo.

Parte final de la subida con unos desniveles rompedores.
Foto artística que la podemos llamar: "El arte en sombra"
Pues esperando estaba a que llegara Joaquín, y pasaron cinco minutos, diez, quince y al llegar a los diecisiete me dí cuenta que yo había subido bien, pero que ya era excesivo. Así tomé la decisión de volver a bajar hasta la plaza de toros, pensando que Joaquín podría haber sufrido un pinchazo o que le habría ocurrido algo peor. No lo encontré y entonces le llamé al móvil. Joaquín me contestó rápidamente y sin entender absolutamente nada me confirmó que él ya se encotraba en nuestra segunda parada del día: Anchuelo. Una vez juntos nos dimos cuenta de nuestro despiste, ya que yo le esperaba en un punto por el que Joaquín nunca pasó. Él llegó al camino que lleva hasta Anchuelo por otro enlace distinto al que yo suelo utilizar. Quedamos en vernos en las antenas de Anchuelo, por lo que volví a subir por segunda vez en el día la rampa de asfalto y esta vez giré a izquieras 180 grados para alcanzar la parte alta por la zona del caño de agua. Hice el tramo de enlace hasta Anchuelo con mucha precaución porque históricamente este tramo ha estado muy cortado lo que unido a la inercia del largo descenso lo hace peligroso. Sin embargo, las lluvias y los arreglos previos han sido mano de santo y ahora tenemos una pista muy aceptable.

Entré en Anchuelo y me dirigí directamente en dirección a las antenas. Esta subida siempre da miedo al encarar la primera rampa que parece imposible de subir. Encima esta vez estaba muy ondulada con un continuo traqueteo de cabeza y resto del cuerpo, teniendo que buscar continuamente puntos planos y adherentes. Con mil sudores conseguí doblegar a la pendiente, y desde arriba Joaquín disfrutando de las penurias de todo el que subía, animaba a voz en grito. Yo le contestaba con mi brazo en alto como señal de haber recibido el alarido de ánimo. En el mirador nos encontramos y después de recuperar la fuerzas perdidas con tanta subida, retornamos por el mismo camino de vuelta.

Primero hicimos la bajada de las antenas de Anchuelo disfrutando prudentemente de la velocidad, hasta la zona final de tierra tan ondulada. Cruzamos el pueblo y nos dirigimos al camino que lo une con Los Santos. Toda la subida la hicimos a buen ritmo pero ya juntos, sin ganas de volver a no encontrarnos (con la anterior perdimos cerca de 30 minutos). Joaquín quiso enseñarme antes de entrar en Los Santos, el pico de la Peñaberemeja. Accedimos terminando la pista de Anchuelo a Los Santos y girando a izquierdas por otra pista muy similar a la anterior. Y desde allí ya por medio de indicaciones se llega a este mirador natural tan maravilloso.

Panorámica de Los Santos de la Humosa desde Peñabermeja.

Panorámica desde Peñabermeja, a la izquierda Alcalá de Henares, en segundo plano Madrid.

Panorámica de corredor del Henares desde Peñabermeja.

Panorámica desde Peñabermeja, al fondo a la derecha Guadalajara.


Por cierto, lo del nombre "Peñabermeja" no es casualidad. La tierra en este mirador tiene un intenso color rojo que lo hace muy característico.

Ya desde el mirador nos dirigimos hacia Los Santos para tomar la bajada hacia Alcalá de Henares. Bajada rápida y muy segura a excepción de la última rampa que se encuentra intensamente rajada y peligrosa. Me despedí de Joaquín en El Ensanche y desde ahí hasta el Santo Tomás para llegar por camino hasta casa.

Hablamos de su fantástica ruta de tres jornadas que hizo hace unos días junto a dos amigos, que dió comienzo en Teruel y finalizaron en el puerto de Sagunto. Tengo su promesa de envío en breve de una crónica para publicarla. Y también comenzamos a planificar una próxima salida especial al pico del Ocejón, que vamos seguro a disfrutar al máximo.

Excelente día de deporte, naturaleza, fotografía y de inmejorable compañía. Yo no sé si se pueden conjugar más excelencias en tan poco tiempo.

Datos de la ruta:

Recorrido: Meco - Alcalá - Los Santos- Anchuelo - Los Santos - Alcalá - Meco.
Distancia: 59,06 km.
Tiempo efectivo: 3h13'
Tiempo total: 8:50 - 12:55
Promedio: 18,34 km/hora.
Desnivel: 700 metros aprox.
Terreno: pista-asfalto (85-15) %.

lunes, 17 de octubre de 2011

Crónica del 15 de octubre. Garganta del río Guadalix.


Ruta en bici 1301296 - powered by Bikemap 
Día de mediados de octubre que por los cielos libres de nubes y las temperaturas tan agradables, bien podríamos pensar que estábamos a primeros o finales de verano y no en pleno otoño. Maravillosa ruta por la Garganta del río Guadalix en compañía de muchos amigos. A las 9.30h, hora fijada para el encuentro y partida, aún no estábamos todos. Guillermo tuvo que hacer un recorrido extra para recojer a Juanjo, al cual le había abandonado David, que corrió rápido hasta La Mancha para refugiarse entre sus quesos y pistos, echándole la culpa de su ausencia a un freno de su bicicleta que lleva en reparación desde hace al menos cuatro semanas. Así las cosas, parece que David no quería venir a la ruta, y NO, no es cierto, la culpa la tiene un tipo bajito, de ojos achinados que vive en un tugurio de las zonas bajas de Pekín, y que trabaja en Shimano como empleado a tiempo parcial y por temporadas, y que no hizo su trabajo a tiempo. Y claro, así no se puede montar en bicicleta, y yo desde este estrado público le defiendo y además le ofrezco otra oportunidad, que proponga otra ruta de grupo a la que asista (aunque sea con un único freno, o con el de toda la vida, utilizando el truco de la zapatilla) para defender su honor y demostrar que la culpa fue del chino. 

También Pablo y compañía llegaron algo retrasados a la cita, no sabemos si por miedo a lo que se avecinaba en la ruta o porque con tanta furgoneta se les olvidó cargar las bicis y tuvieron que regresar hasta casa a por ellas. Lo cierto es que al final nos juntamos un buen grupo de amigos y entusiastas del ciclismo y la naturaleza.

De derecha a izquierda: Cristian, Joss, Gregorio, Pablo, José Carlos, Green, Daniel, Guillermo, Juan y Yoni.
(Copyright Green)

De derecha a izquierda: Cristian, Joss, Pablo, Gregorio, José Carlos, Juanjo, Daniel, Guillermmo, Juan y Yoni.
(Copyright Green)
A saber estuvimos:

.- Eduardo Verdes (Edward Green para los friends) al que quiero agradecer que llevara su GPS y el track de la ruta cargado, porque de otro modo nos habríamos acordado y mucho del tipo que huyó a La Mancha. Buena Trek y buenas piernas.
.- Guillermo (abonado al Glorioso), que con toda la humildad de la que siempre hace gala, estuvo en primera línea de guerra dándolo todo. Giant azul.
.- Daniel (el niño cordobés), que defiende su tierra allá donde vaya. Orbea adquirida a piezas y montada con sus manitas cordobesas.
.- Juanjo (Juanjo Lejarreta), el tipo sin casco y con una bici que estrenaron nuestros padres, estuvo más que bien, yo diría que increible. Solo ver la clásica, sin horquilla amortiguada y con 7 kilos de más que el resto de monturas, es para ovacionarle. Clásica de los noventa utilizada en el siglo XXI.
.- José Carlos (J), equipado con lo mejor del mercado, incluso de otros mercados... Ha demostrado que llegar a los 40 no es un problema, sino un reto y un orgullo. Baja y sube como el mejor, por lo que queda nominado para las siguientes rutas. BPro a la última.
.- Joss (el guiri), que con otra clásica por bici y además orgulloso de llevarla, pues nos dio para el pelo a muchos. Marcaba el ritmo y no parecía sudar ni ponerse colorado. ¡Tipos raros estos extranjeros! Clásica de los noventa y con uso actual.
.- Pablo (Peibol, Pol, Pablito, o solo Marmol), que llegó, se subió a la bici, comenzó el primer sendero de subida y se bajó. Así comenzó un ciclo vicioso de subir y bajar a la bici un tanto extraño, lo que le acarreó ser continuamente THE LAST ONE del grupo (que no el último OJO). Él se sacrificó por llegar el último y confirmar que todo iba bien, con lo que podíamos continuar la ruta. Ahora en serio, ha demostrado lo valiente que es, sabiendo que su condición física no está a punto pero dando la cara y sufriendo, como hacen los mejores. ¡Ánimo! RockRider 6.3 de las mejores (que no podía ser de otro modo).
.- Gregorio (el veterano), que ha demostrado que a pesar de pasar los 50 se puede y se debe seguir haciendo deporte, y además hacerlo bien. BPro con buena pinta.
.- Cristian (el hijo del veterano), que siguiendo los pasos de su padre (el veterano) y probablemente compartiendo muchos de sus genes, ha confirmado su gusto por la bicicleta al unirse a un grupo tan loco como el que hemos creado.RockRider 5.3.
.- Yoni (Juan Antonio), que día a día demuestra que la bici es parte de su vida (hablad con su novia...). Acaba de estrenar piso y lo primero que va a comprar no es la tele, ni la cama, ni la cocina, no no no, ni siquiera la Play, qué va. Lo primero es lo primero, una buena manguera para limpiar la KTM y que la bestia duerma tranquila y limpia. KTM Ultra Sport.
.- Juan (el bloguero), que no voy a hablar mal de mí en este blog. Organizador del evento gratuito. Disfruté mucho la ruta y más la compañía. KTM Ultra Sport.

Pues presentados todos, comienzo el relato. Salimos hacia las 10.00h del polígono con mucha incertidumbre ya que el que estaba en La Mancha era el perro guía, pero afortunadamente Dios aprieta pero no ahoga. Por eso tuvimos la suerte de compartir ruta con Green, Edward Green, que portaba un GPS y el track. Al principio con un poco de reparo seguimos sus pasos, pero viendo que había seguridad en sus palabras, cedimos a las nuevas tecnologías. La ruta circular de 33 km se dividide en dos grandes tramos. El inicial muy técnico y con muchas dificultades para circular en bici. Y un segundo tramo para disfrutar pedaleando sin miedo a caer al suelo.

Comenzamos el tramo de sendero junto al río Guadalix, con una primera parte muy revirada y con bastante vegetación, para cruzar un puentecito sobre un riachuelo que nos llevó hasta una pista. Aquí debíamos decidir el sentido de la ruta, y se decidió por unanimidad que la haríamos en sentido contrario a las agujas del reloj. Así hicimos una pequeña bajada para comenzar la primera subida del día, un tramo de menos de un km que nos exigió los primeros sudores. Arriba mientras esperamos al grupo fragmentado, yo cumplí con la historia y me caí de lo más absurdo. Charlando, en parado, con un pie a tierra y voy y me caigo al soltar la bici y desequilibrarme. Como recuerdo tengo una pequeña contusión en la rodilla y el pie derecho, y una marca en el gemelo izquierdo que me hicieron los dientes del plato. Nada serio y que todo sea eso.

Una vez agrupados, comenzamos la parte más complicada de la ruta. Ninguno lo sabíamos y por eso fue más exigente. Se trataba de un sendero pegado a mitad de altura de la montaña, y con el curso del río Guadalix a unos cuantos metros por debajo nuestro. Precioso paisaje que no pudimos apenas disfrutar porque el terreno era de lo más complicado, plagado de piedras y rocas en subidas o bajadas, lo que obligó a dar el ciento por ciento de cada uno de nosotros. Aquí el grupo se fragmentó mucho ya que cada uno hizo lo que pudo. En una de las paradas para reagruparnos, Daniel tuvo que cambiar la cámara de su rueda por pinchazo. Usó una técnica novedosa en el cambio, que consiste en poner a currar a los diez del grupo y montar la bici en vertical, sin necesidad de voltearla para sacar la rueda. Solo nos llevó media hora este cambio, y mientras tanto no dejaban de pasar ciclistas y gente haciendo senderismo.
Momento técnico de máxima complicación. El cordobés controlando que todo fuese como estaba estipulado en los manuales técnicos, y los currelas manos a la obra.

Vista del grupo reparando el pinchazo.

Juanjo "Lejarreta" llegando al grupo después del paso por el sendero tan técnico y peligroso.

Marmol, con la cara desencajada porque a punto estuvo de perder el mallot verde de la regularidad. Lo salvó por escasos segundos tras larga deliveración de los jueces.

Gregorio, pundonor diesel a prueba de bombas.

Cristian llegando al grupo.
Posado de Marmol, Joss y J.

Corazón atlético.

Mientras tanto otros seguían trabajando en la reparación del pinchazo.

Ojo a Juanjo, no se fia de la people. Repara el pinchazo pero no suelta la clásica.

Panorámica del valle del río Guadalix desde el lugar en el que nos encontrábamos reparando el pinchazo del cordobés.
Ya con todo el equipamiento recompuesto, continuamos el sendero hasta llegar a un pequeño recodo. Aquí comenzaba la segunda subida del día. El terreno era complicadísimo, muy removido, con pocas zonas compactadas donde poder apoyar las ruedas y no derrapar. Tan mal estuvo el asunto, que a excepción de los elegidos, el resto tuvimos que hacer la cuesta a pie empujando la bici. ¡Un martirio! Después de la primera rampa ya pudimos volver al sillín y terminar la subida, larga y exigente. Arriba nos agrupamos de nuevo y entramos en Pedrezuela para cruzar algunas de sus calles y tomar un camino amplio de grava blanca.

Por esta pista volvimos a sufrir, con mucha grava suelta  y continuos desniveles. A pesar de todo nuestro afán por guardar el equilibrio, tuvimos que echar pie a tierra y hacer sende-biking. Terminada esta tortura llegamos ya a tocar asfalto y hacer una bajada corta pero agradable. Tomamos un camino a mano izquierda que ya nos permitió disfrutar del embalse de Pedrezuela, bordeándolo hasta llegar a la misma presa. Paramos unos minutos para disfrutar de la ingeniería con letras mayúsculas, porque a pesar de haber presas por todo el mundo y desde hace muchos años, es que la altura y las dimensiones de la obra hace pensar, ¿cómo cojones se hace esto y que aguante la presión de los millones de litros que hay al otro lado...? En fin, menos mal que esto no está dentro de nuestras funciones...
Grupo justo encima de la presa del embalse de Pedrezuela discutiendo temas trascendentes.

Detalle de la profundidad de la presa (intenté captar toda la plataforma pero el "miedus horríbili" a que se cayera la cámara no me permitió un mejor ángulo). Por cierto, las piernas de Yoni muy sexis, ¿no os parece?
 A partir de la presa el firme cambió ya definitivamente a asfalto viejo o pista muy compactada, lo que no ofrecía ya ningún problema a nivel técnico, tan solo ya físico.Yo comencé a disfrutar mucho esta ruta a partir de este punto. Continuas subidas y bajadas de recorrido medio y con curvas a izquierdas y derechas enlazadas, hacían de este tramo una diversión tremenda. Además, el paisaje fascinante del valle se podía disfrutar a ratos y respirar aire puro. Atravesamos varias vallas y una carretera para seguir el camino serpentino, maravilloso. Antes de terminar nuestro día sobre ruedas, tuvimos que hacer otra parada técnica por otro pinchazo, o quizás debería decir palazo. Esta vez le tocó el turno a Guillermo, que consiguió atravesar la cubierta y la cámara trasera con un palito de dimensiones importantes. Todos nos arremangamos a solucionar el asunto, unos asesorando, otros sujetando la bici, Jota haciendo de McGiver al cortar la antigua cámara para cubrir el interior de la cubierta dañada, yo por mi parte dando aire a la cámara... y Pablo... ¿dónde estaba Pablo? Él dice que sujetando una zona de piedras que estaba a punto de desmoronarse. Yo le vi casi tumbado a la sombra de un arbusto... ¿Serán distintos puntos de vista?

Solucionado el problema técnico llegamos al punto aquel en el que decidimos el sentido de la marcha, que fue a derechas al contrario del movimiento de las agujas del reloj. Por lo que la etapa tocaba a su fin. Cubrimos el espacio hasta el polígono ya muy tranquilos, sabiendo que tocaba buscar el bar y tomar líquidos varios. La mayoría fuimos precabidos e ingerimos el típico Acuarius. Alguno se atrevió a la tradicional jarra de cerveza bien fría.

Hay algunas historias que no cuento en esta crónica porque no las conozco, solo es mi visión personal del día, de lo que vi y de lo que me contaron. Pero sé que Yoni se fue al suelo arriesgando en una curva, aunque ya estaba prácticamente parado. Que J se enganchó con unos pinchos de unos rosales. Que a Green se le quedó corta y demasiado ligera la etapa...

En resumen, estupendo día de bicicleta en compañía de buenos y nuevos amigos. Espero que sea la primera de muchas que organicemos, y que algún día consigamos juntar a muchos más haciendo rutas por las zonas cercanas a Madrid. Os animo a que aportéis ideas.

Un último apunte: el mapa del principio es el camino exacto que hicimos, tomado por la aplicación My Tracks para móviles con tecnología Androide. Cada kilómetro, una chavalita que estaba dentro del teléfono me decía que había cubierto un nuevo kilómetro, la media, bla bla bla, con una voz muy sensual. Os lo recomiendo a todos.

Datos de la ruta:

Recorrido: San Agustín de Guadalix - Pedrezuela - Embalse de Pedrezuela - San Agustín de Guadalix .
Distancia: 33,19 km.
Tiempo efectivo: 2h00'
Tiempo total: 10:00 - 13:15
Promedio: 16,54 km/hora.
Desnivel: 410 metros.
Terreno: pista-asfalto (70-30) %.

lunes, 10 de octubre de 2011

Crónica del 9 de octubre


Ruta en bici 1295898 - powered by Bikemap 

Mañana de domingo con la resaca muscular del running del viernes aún fresca. Pero como a un amigo no se le puede dejar solo, me obligué a ponerme en marcha a fin de pasar una buena mañana. Así, pensamos que había que seguir buscando destinos aún no visitados, por lo que encontramos una ruta para llegar hasta Paracuellos de Jarama, al borde mismo del cortado para ver en preferente la operativa del aeropuerto madrileño de Barajas.

Quedamos Yoni y yo a las 9.30h en el colegio Santo Tomás, con la fresca de la mañana que hacía dudar si llevar manga corta o ya echar la larga definitivamente. Ambos coincidimos en que aún se podía aguantar la corta, y que lo más probable es que sería la última de la temporada, ya que hacía un ligero viento que hacía sentir el fresco al mínimo parón. Salimos sin perder tiempo hacia Camarma que cruzamos en busca del tramo que nos llevó hasta Daganzo. Como siempre, con mucho cuidado en la bajada técnica que hay hasta el río Torote para luego cruzarlo bici al hombro y haciendo equilibrios sobre las piedras. Terminamos el tramo llegando a Daganzo y continuamos por la M-113 hacia Ajalvir. Llegamos hasta la rotonda principal del pueblo para tomar a derechas la M-114 en dirección a Cobeña.

A poco de salir del pueblo encontramos nuestra salida a izquierdas para tomar de nuevo la pista que ya nos dejaría en nuestro destino. Primero nos encontramos con una subida de un kilómetro aproximadamente, no excesivamente dura pero sí con más piedra de lo aconsejable que dificultaba la ascensión. Una vez recorrido este tramo, el resto es de un perfil plano y con el firme muy cómodo para circular en bicicleta. Antes de cruzar el puente que hay sobre el tramo de carretera compartido por la M-50 y R-2, ya divisamos majestuoso todo el perfil de la ciudad de Madrid y de la sierra madrileña, que parece que está a tiro de piedra. En este tramo, ya cercano a Paracuellos, nos encontramos con gran cantidad de gente paseando, corriendo y en bicicleta. Es un lugar que se presta a ello pues la panorámica que se deja ver anima y mucho.

Nos adentramos ya en Paracuellos hasta llegar al mirador que nos regala la mejor de las vistas del aeropuerto de Barajas, como si de una gran maqueta se tratara.


Panorámica del aeropuerto de Barajas con el perfil de Madrid al fondo.

Panorámica del aeropuerto de Barajas con el perfil de Madrid al fondo.


Paracuellos del Jarama desde el mirador.

Yoni con Madrid al fondo.
Yo en el mirador.
Tomamos las chocolatinas y nos dirigimos al centro del pueblo para luego ya volver sobre nuestros pasos hacia casa. El camino de regreso fue más duro de lo esperado ya que comenzamos a notar el viento de frente y de costado, lo que nos hizo complicado llevar un ritmo alegre. Especialmente lo notamos en las inmediaciones del aeropuerto y luego llegando a Camarma en la bajada previa, donde tuvimos que tomar precauciones porque ahí el viento era fuerte, de costado y racheado, notando que la bici se desplazaba de izquierdas a derechas perdiendo muy fácil el equilibrio. Llegamos al colegio Santo Tomás donde nos despedimos y de ahí a casa en 10 minutos.

Contento por el fin de semana tan deportivo que me he marcado y a la espera de que llegue el sábado para hacer junto a los amigos una ruta bonita por el río Guadalix.

Datos de la ruta:

Recorrido: Meco - Camarma - Daganzo - Ajalvir - Paracuellos del Jarama - Ajalvir - Daganzo - Camarma - Meco.
Distancia: 58,40 km.
Tiempo efectivo: 3h08'
Tiempo total: 9:20 - 13:10
Promedio: 18,58 km/hora.
Desnivel: 440 metros.
Terreno: pista-asfalto (90-10) %.

sábado, 8 de octubre de 2011

Crónica 7 de octubre. Running 17K .


Ruta para correr 1268505 - powered by Runmap 

Gran día de running. Hemos hecho realidad un pequeño sueño personal, un reto que parecía absurdo, innecesario y puede que hasta algo loco. Pero lo cierto, lo verdaderamente cierto es que lo hemos conseguido y lo que ha quedado demostrado, es que los sueños están hechos para perseguirlos, para luchar con todo el alma y todo el corazón por convertirlos en realidad. Este es uno de los motivos por el que vivimos, para disfrutar de la vida realizando nuestros sueños.

Hace tiempo que tenía en mente este asalto. Para aquellos que son del corredor del Henares no es necesario comentar mucho, solo hace falta alzar la cabeza y mirar arriba de la montaña, hacia la iglesia de San Pedro Apostol en Los Santos de la Humosa. Para los que no son de estas tierras, se aconseja contemplar el perfil de la ruta; 8,5k con un desnivel de 280 metros, con continuas paredes de sube y baja que dejan los gemelos, rodillas y ligamentos tremendamente agotados.

Digo que hace tiempo que tenía este asunto entre ceja y ceja, y también sabía que necesitaba un compañero. Y no lo pude encontrar mejor que en la persona de Tirso, compañero y amigo del trabajo. Digo yo que si buscas compañero de viaje, qué mejor que buscarte alguien que tire de tí y te instruya y te oriente. Pues esto y algo más he encontrado en Tirso para este viaje y quien sabe si para más. Le propuse hace un par de semanas el proyecto, lo estudió y me dió el visto bueno de quien sabe apreciar los retos (para quien lo conozca nada que contarle, para el que no sepa su historial, que no le subvestime). Así quedó fijado el viernes 7 de octubre a las 17.30h en el parking del Decathlon de Alcalá de Henares.

Con algo de retraso debido a las eternas obras de la A2 a la altura de Alcalá, dejamos los coches aparcados, bien cerrados y salimos dispuestos a cumplir con lo pactado. Comenzamos a un ritmo pobre el primer kilómetro, aumentando lentamente el ritmo hasta un ritmo moderado en todo el tramo inicial que correspondía con el llano asfaltado. Ahí ya tuvimos la oportunidad de comprender, viendo la iglesia de Los Santos, que de cumplir el objetivo, el esfuerzo no sería poco y que la recompensa sería enorme. Atravesamos el puente sobre el río Henares para continuar camino por la vereda contraria. Tomamos contacto con la pista al comienzo del kilómetro tres, con una pequeña bajada y un llano de unos 300 metros para comenzar a ver lo que se avecinaba, la primera rampa seria, un aperitivo del caramelo que nos íbamos a comer.

Tirso, que se ve que esto del deporte de fondo lo domina, pudo coordinar piernas y manos sin necesidad de parar para quitarse una de las prendas de arriba y guardársela no sé donde, que bolsillos no llevaba. En cualquier caso, en buen sitio lo puso porque no le entorpeció para nada la marcha.Y comenzamos la rampa que está en torno al 20-22%, de unos 300-400 metros de longitud. Bajamos considerablemente el ritmo a un K libre, buena denominación formulada por mi compañero de ruta. Estas paredes hay que hacerlas como se puede y por donde te dejan las piernas. Terminamos el repecho recuperando la respiración, con las camisetas ya bien mojadas de sudor e intentando visualizar el terreno que teníamos por delante para recuperar todas las fuerzas necesarias para la siguiente pared, que no sería tan corta como esta primera.En este punto, yo pasé por un problema de intenso flato en el costado izquierdo que por fortuna se solucionó al pasar los minutos. Tirso tuvo en todo el recorrido dos pequeñas crisis por este mismo motivo, pero en su costado derecho.

Así, hicimos el camino de falso llano entre las rampas, bajando otra cuesta justo al inicio del premio gordo de la jornada. La rampa ante la que nos encontrábamos comenzaba sin tanta fuerza como la inicial, pero a lo largo de su recorrido de 1,5-2 K se iba endureciendo hasta la parte final donde la pendiente volvía a ser tan exageradamente dura como la rampa inicial del 20-22%. Conseguimos hacer cumbre y forzosamente tuvimos que regular el ritmo hasta recuperar el punto necesario para encarar lo que aún nos quedaba de recorrido, 2k de subida hasta llegar al mirador de la iglesia.

Pasada la maldita rampa, el terreno seguía picando fuerte hacia arriba, pero afortunadamente lo más duro ya estaba hecho. Solo tocaba aguantar mentalmente y darse cuenta que la meta ya la podíamos tocar con las manos. Terminamos el tramo de tierra para llegar a Los Santos, girando a derechas para subir un cuestón tremendo por asfalto que nos llevaría a callejear por el pueblo, atravesando la plaza del Ayuntamiento y llegar al mirador de la iglesia. 8,5k de recorrido, 280 metros de desnivel, un tiempo de 49'43'' y un ritmo por kilómetro de 5'50''. ¡Más que satisfechos!

Tomamos las fotos de rigor y de comprensible orgullo para luego enseñar a todo el que se precie.

Tirso junto a la iglesia de San Pedro Apostol de Los Santos de la Humosa.

Tirso, contemplando desde el mirador de la iglesia el maravilloso paisaje de la vega del Henares. Ojo al pilotito rojo que lleva Tirso junto a la matrícula trasera. Tipo previsor el tesorero.

Yo, feliz por cumplir la parte más complicada del recorrido.
Completamos la parte más difícil, la de subir las paredes que propone la ruta y quedaba hacer toda la bajada, disfrutarla y sufrirla, ya que entran en juego músculos poco utilizados en la vida cotidiana e incluso en la deportiva. Atravesamos el pueblo y dimos con el camino de tierra para dejarnos llevar por las rampas tan intensas que habíamos subido. Es en la bajada donde se aprecia realmente lo salvaje de la subida. Así, poquito a poco, o realmente, a grandes zancadas por la inercia de la pendiente nos situamos en la parte baja asfaltada y llana, con apenas 2k para concluir nuestro objetivo. Y es donde nos damos cuenta que tenemos algunas heridas de guerra, razonables por el recorrido. Gemelos congestionados, ligamentos en máxima tensión, rodillas dilatadas y un cansancio tremendo. Este último tramo se hizo eterno, aunque a un ritmo vivo, primero por el empuje marcado por Tirso y finalmente porque yo quise emular al tipo este que ha conseguido bajar el record de maratón en un puñado de segundos. Conseguimos cerrar el tramo de bajada en los siguientes números: 8,5k de recorrido, 280 metros de desnivel, un tiempo de 42'48'' y un ritmo por kilómetro de 5'02''

Concluimos ya con la poca luz que el sol nos ofrecía, haciendo unas fotos de lo que de nosotros quedaba.

Tirso al final del recorrido.

Yo con un sueño menos que cumplir.
Día estupendo en buena compañía y disfrutando de la naturaleza y los sentidos. Como bien dice el dicho "el movimiento se demuestra andando" y nosotros hemos puesto lo necesario para llevarnos el premio a casa. Yo no le puedo pedir mucho más a la vida... bueno al menos por hoy.

Datos de la ruta:

Recorrido: Alcalá - Los Santos de la Humosa- Alcalá (lineal ida y vuelta).
Distancia: 17,00 km.
Tiempo ida: 49'43'' Ritmo/km: 5'50''.
Tiempo regreso: 42'48'' Ritmo/km: 5'02''.
Tiempo total: 1h32'31'' Ritmo/km: 5'26''
Desnivel: 560 metros.

lunes, 3 de octubre de 2011

Crónica del 2 de octubre


Ruta en bici 1286025 - powered by Bikemap 

Bonita mañana la del domingo, con ganas de repetir los tramos de Pozuelo del Rey y Nuevo Baztán que tanto nos gustaron cuando los descubrimos.

Quedamos Yoni y yo en salir a las 9h, pero el cansancio del sábado me obligó a alargar las horas de cama, y por lo tanto, no llegué a la hora fijada. La las 9.10h salí de casa y por la carretera llegué a casa de Yoni a las 9.30h. La sensación de cansancio era grande, de una pesadez de piernas importante. En todo el día no conseguí llevar una cadencia de pedaleo alegre. Tras los saludos matinales, nos dirigimos a subir el Zulema. Yo no tenía piernas, pero Yoni pensó que sí... Al inicio de la subida coincidimos con tres compañeros del pedal. A Yoni le pareció que era un buen momento para reivindicarse y pasarles con un saludo y una sonrisita. Yo desde atrás ví que Yoni se marchaba, pero que el grupito de tres apretaba los dientes para no hacerle tan sencilla la subida a Yoni. El resultado final es que uno de los tres volvió a pasar a Yoni y le dejó atrás, y con el segundo estuvo en enconada lucha por puntuar en el alto. Al tercero le dí cazo hasta yo, así es que ese ni cuenta... Arriba me contó Yoni que se encontraba bien de piernas pero que se había vaciado demasiado, y que el primero del grupo tenía unos gemelos como los mejores de la clase del Tour.

Tras este primer calentón por parte del cuñado, cruzamos por las urbanizaciones de Los Hueros hasta el pueblo para dirigirnos ya por pista hacia Villalbilla. Este tramo ya ni le recordaba, creo que lo recorrimos en una o dos ocasiones anteriores. Estaba fenomenal y te acerca a una rotonda donde hay un polígono indutrial, a unos 500 metros de la entrada de Villalbilla. Además, nosotros tomamos en esa rotonda un camino paralelo a la carretera, evitando cualquier peligro.

Al final del camino cruzamos una zanja para volver al asfalto y comenzamos a subir el cuestón que lleva de Villalbilla a Valverde de Alcalá. Qué maravilla pasar ante la señal de tráfico que te avisa que la pendiente es del 10%. Al menos es alfalto y se agarra bien. En la subida intento probarme un poquito, subir el nivel de exigencia. Y lo consigo durante un tramo de la subida a base de sudar, pero no aguanto toda la subida a ese ritmo. El cansancio del sábado no deja mover las piernas con alegría. Coronamos juntos e iniciamos la super bajada hacia Valverde. Bajada trepidante de 1,5 kms., con varias curvas muy interesantes. Dejamos el pueblo a la derecha y tras unos 200 metros tomamos un desvío a mano derecha para tomar ya pista prácticamente hasta nuestro destino final. Hacemos un pit stop para tomar una chocolatina y meter líquidos.

Los tramos de pista que utilizamos a partir de ahora son los mejores que hay por nuestro entorno. De diez sin duda. Comenzamos con una subida de un kilómetro, constante y algo dura. Y a partir de ahí, llano, falso llano, sube baja. Espectacular. La bicicleta se desliza con mucha facilidad. Llegamos a Pozuelo del Rey y hacemos una parada en la fuente del pueblo para rellenar el bidón. Agua fresca maravillosa.

Continuamos hacia el tramo que nos lleva hasta la urbanización Eurovillas. Pista muy compactada igual que la anterior y sin desniveles, todo llano y a 30 km/h a piñón. Llegamos a la urbanización que la cruzamos y en un rato ya estamos en el centro de Nuevo Baztán, al pie del Palacio de los Goyeneche.

Nuevo Baztán. Palacio de los Goyeneche construido entre 1709-1713 por José de Churriguera.

Portada de entrada al Palacio de Goyeneche.

Iglesia anexa al Palacio de Goyeneche.

Jardines frente al Palacio de Goyeneche.
Repusimos energías y antes de salir tomamos nota de algún restaurante de los que por aquí tienen fama y comparamos precios. Cuando haya tiempo y ganas, hay que darse un homenaje por estas tierras.

Volvimos por nuestros pasos hacia Eurovillas, y tomando el camino hacia Pozuelo del Rey volamos a 35 km/h. ¡Increible el subidón de velocidad! Todo pista pero parece autovía. En Pozuelo volvemos a rellenar los bidones y tras cruzar el pueblo de nuevo pista hasta Valverde. La bajada hasta Valverde también muy divertida, con opciones de tocar lo justito la maneta de freno.

Ya ya en el asfalto, había que subir la tan temida subida hacia Villalbilla. Se hace muy larga y su pendiente no ayuda nada. Así es que nos resignamos a subir a ritmo, no al trotón, pero tampoco de caza. Con mucho sudor llegamos arriba y volvimos a bajar rápido hacia Villalbilla. Seguimos los pasos de la ida, llegando a Los Hueros y bajando el Zulema sin ninguna incidencia. Atravesamos Alcalá y Yoni me acompañó hasta el colegio Santo Tomás donde tomando el camino de tierra en 15 minutos estaba en casa.

Llegué entero pero al paso de las horas noté que estaba agotado. Ahora toca recuperar para la próxima. Bonita etapa en buena compañía.

Datos de la ruta:

Recorrido: Meco - Alcalá - Zulema - Los Hueros - Villalbilla - Valverde de Alcala - Pozuelo del Rey - Eurovillas - Nuevo Baztán (ruta lineal ida y vuelta).
Distancia: 82,01 km.
Tiempo efectivo: 3h56'
Tiempo total: 9:10 - 13:30
Promedio: 20,85 km/hora.
Desnivel: 640 metros.
Terreno: pista-asfalto (85-15) %.